Ir al contenido principal de la página

Rohan Parashuram Kanawade propone en 'Cactus Pears una historia de esperanza para la realidad homosexual en India

El film del cineasta indio llega a la capital grancanaria con el aval del premio del jurado en Sundance, y una destacada presencia en certámenes como los de Buenos Aires o San Francisco

Las Palmas de Gran Canaria, jueves 1 de mayo de 2025. Cactus Pears (India, Reino Unido, Canadá, 2025, 112 min.) es el film de debut de Rohan Parashuram Kanawade. El largometraje del director indio es parte de la Sección Oficial en el presente Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Esta ópera prima ofrece el relato de cómo se construye una relación singular entre un joven que regresa a su pueblo natal y un agricultor presionado por su familia para casarse. El propio Kanawade compareció ante los medios de comunicación este jueves, 1 de mayo, en el Auditorio Alfredo Kraus, para dar cuenta de sus motivaciones como autor de una pieza que se concibe con la homosexualidad como tema central. Lo hizo con el aval de haber obtenido el premio especial del jurado en la última edición de Sundance, meca de la creación independiente.

La película de Parashuram Kanawade también fue nominada a mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y seleccionada el pasado mes de abril dentro del San Francisco International Film Festival. La recompensa de la crítica, y la repercusión de su obra en el circuito, viene dada por una apuesta personal de riesgo, en la que él mismo se expone de manera directa: de hecho, el cineasta traslada en el film su experiencia durante el duelo por su padre, en su aldea. Un lugar que había evitado porque no quería escuchar más sobre su supuesta obligación de contraer un matrimonio convencional. Su progenitor había aceptado su decisión antes de morir, y el realizador encontró una motivación fundamental para construir en la pantalla una historia muy especial.

“Me inspiré en mi propia vida”, confirma el autor, que también admite que un noventa por ciento de Cactus Pears es ficción, pero parte de una vivencia del pasado: el director recordó el regreso a casa para acudir al funeral de su padre y reencontrarse con su madre, y con el resto de sus familiares, “sin estar preparado para salir del armario”, le dejó huella. En medio de ese trance, y bajo toda esa presión, el realizador imaginó qué podría ocurrir si encontraba a un amigo “que me pudiese comprender”.

Y esa es, justo, la peculiar aventura íntima que plantea en Cactus Pears. La película que comenzó a pergeñar entonces con la cuestión de la homosexualidad como eje central. Eso sí, cimentada en la memoria personal, pero “cambiando muchos detalles”, para encontrar el mejor resultado posible desde el punto de vista cinematográfico.

Al ser preguntado sobre la incidencia de la temática en el cine de su país, Kanawade recordó que no es inusual y que tanto el teatro marati (lengua materna del realizador) o el cine de Bollywood lo han tratado, aunque bajo un prisma condicionado por las convenciones sociales y las ideas preconcebidas.

“En cualquier caso”, subrayó al respecto, “este asunto siempre se aborda desde el imaginario colectivo quizás más conservador: no se corresponde con la realidad y no es para nada preciso”. De ahí que se autoimpusiera plantear una visión propia, sin ese final trágico al que, bajo su punto de vista, tienden las producciones indias que se centran en el conflicto homosexual en su sociedad. “Como si eso fuese algo inherente a la cuestión”, lamenta.

“Lo cierto”, agregó Kanawade, “es que no solo la comunidad LGTBIQ+ está cansada de los finales tristes, también el público en general. Y en mi caso, por ejemplo, mi final no ha sido trágico”. El cineasta compartió con los presentes que “he salido del armario, vivo con mi pareja, vivo estupendamente, y somos felices. Tenemos nuestros problemas, como todas las parejas, pero estamos bien”. Y, añadió, “conozco a muchos amigos que ya tienen sesenta años y que han vivido una vida homosexual normal y feliz”. Eso, recalcó, también puede ser “lo normal”.

El autor explicó de este modo cómo en Cactus Pears optó por hilvanar un final “esperanzador, porque al menos estas dos personas deciden dar un paso adelante, explorar su relación y ver qué pasa. Porque creen tener un futuro juntos”. Además, sin renunciar a su inclinación a rodar en la lengua de su madre, el marati, en una sociedad en la que la hindi es la cultura dominante.

En general, Kanawade convino en que este hecho, añadido a la temática de su film, no puso las cosas sencillas para abordar la producción. Más en su caso, porque no ha recibido una formación como estudiante de cine. “Vengo del diseño de interiores”, apuntó ante los medios, para detallar cómo empleó cinco años en obtener la financiación necesaria para la película. Una empresa que solo alcanzó buen puerto por esfuerzos como el de uno de los productores, que vendió su casa, o de las ayudas del círculo de amigos del equipo.

De este modo, se explica cómo el realizador hindú proclama con orgullo que “he conseguido que el mundo ponga sus ojos en mi película”, que, “de otra manera, a lo mejor se habría quedado en un mercado local”. En cuanto a su éxito en Sundance, Kanawade explicó que eso le ha permitido “viajar por todo el mundo, y que nos puedan ver más espectadores”. En este escenario, se siente “feliz y agradecido”.

El tono en las respuestas del cineasta estuvo, en cualquier caso, acorde a la frescura y honestidad de su propuesta en pantalla. “A los espectadores sí me gustaría decirles que, si les gusta la película, por favor, díganselo a sus amigos y familiares para que vengan a verla, el boca a boca funciona”. Porque, y esto no dejó de recordarlo, si su obra alcanza una mayor visibilidad “no deja de ser un apoyo no solo a nuestra película, sino al cine independiente en general”.

El último pase de Cactus Pears, después de las sesiones de hoy, 1 de mayo, se ha programado para el próximo sábado, 3 de mayo, en la sala 6 del Cine Yelmo Las Arenas, a las 17:45 horas.
 
Alianzas, apoyos y colaboraciones del 24 FICLPGC

El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, organizado por el área de Cultura del Ayuntamiento de la capital grancanaria, a través de Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con la ayuda pública del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), el apoyo del programa para la internacionalización de la cultura española, PICE Visitantes, de Acción Cultural Española (AC/E) y del patrocinio público de Promotur Turismo Islas Canarias.
 
Entre los aliados destacados del certamen se encuentran Fundación Auditorio Teatro, Cines Yelmo, Centro Comercial Las Arenas y Hotel Cristina by Tigotan, espacios que también funcionan como sedes o acogen actividades de la cita cinematográfica; además de otras instituciones y entidades como Sagulpa, Toyota, Royal Bliss, Fuze Tea, Coca Cola, Sholeo Lodge, Audiovisuales Canarias, Music Library &SFX, Blackout Films e International Bach Festival. Asimismo, su mercado, MECAS, es posible gracias al patrocinio de la Gran Canaria Film Commission-Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y al apoyo de Proexca.

El Clúster Audiovisual de Canarias, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad del Atlántico Medio, Digital 104, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el Festival Internacional de Cine de Gijón, el Festival de Cine Independent de Barcelona, el laboratorio Tres Puertos, la ESCAC de Barcelona, Very Good Script, Freak World y Fimucité, son entidades colaboradoras.