El estudio pionero 'Las grietas de la masculinidad' servirá como herramienta para diseñar estrategias municipales de igualdad
La investigación se ha basado en la celebración de grupos de discusión con hombres de distintos perfiles y entrevistas de profundización con expertos
El informe incluye una ‘hoja de ruta’ para el diseño de las próximas intervenciones a realizar desde el ámbito municipal en el trabajo con los hombres en materia de igualdad y lucha contra la violencia machista
Las Palmas de Gran Canaria, jueves 30 de marzo de 2023.- La concejala de Igualdad y Diversidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Mari Carmen Reyes, ha presentado esta mañana las conclusiones del estudio ‘Las grietas de la masculinidad’, un trabajo pionero en el archipiélago encargado por el Consistorio capitalino y llevado a cabo por un equipo de investigadoras del Centro de Estudios y Difusión del Atlántico (CEDA).
Esta investigación analiza la manera en la que se construye la masculinidad en la experiencia social de los hombres participantes y cómo perciben y valoran la igualdad de género y la violencia machista, así como las políticas públicas orientadas a su prevención y atención. El documento incluye una ‘hoja de ruta’ para la intervención municipal en masculinidades.
Reyes explicó que “desde el Ayuntamiento hemos comenzado, en los últimos años, a incorporar el trabajo con hombres y masculinidades en las intervenciones que se diseñan desde la Concejalía de Igualdad y Diversidad, ya que es fundamental actuar en materia de prevención y reeducación con el fin de luchar contra la desigualdad de género y la violencia machista”.
“En este sentido, y con la experiencia de acciones como ‘Masculino Plural’ en el Centro Penitenciario Las Palmas I, decidimos encargar este estudio para conocer en profundidad las masculinidades en la capital y contar con herramientas para mejorar la proyección de las nuevas iniciativas que se realizarán en el trabajo en igualdad y diversidad con hombres”, aseguró la concejala.
Reyes estuvo acompañada por Noemi Parra, profesora de la ULPGC, coordinadora de la investigación y doctora en Estudios de Género, que afirmó que “este estudio se presenta como un fundamento de una política de igualdad que considera que los hombres deben asumir su responsabilidad en la transformación de las relaciones de género hacia un horizonte de justicia social”.
También asistió Marta Jiménez, profesora de la ULL y colaboradora del estudio, que destacó que “resulta muy importante que las políticas municipales incorporen proyectos que impliquen a los hombres en los compromisos por la igualdad, la diversidad y frente a las violencias machistas, sin individualizar la violencia ni centrar las acciones en el punitivismo, ya que genera desafección”.
Así, el estudio cualitativo ‘Las grietas de la masculinidad. Los hombres ante la igualdad y la diversidad en Las Palmas de Gran Canaria’ ha basado la investigación en dos tipos de técnicas conversacionales. Por un lado, grupos de discusión, realizados con hombres de diferentes perfiles socioeconómicos y generacionales a los que se les invitó a hablar sobre dos cuestiones.
La primera, cómo se perciben a sí mismos, cómo son sus relaciones sociales y cómo consideran que son vistos por la sociedad; la segunda, cómo perciben y valoran las iniciativas de promoción de la igualdad de género y de atención a la violencia machista. Por otro lado, se realizaron también entrevistas a expertos en intervención con hombres y masculinidades, orientadas a profundizar en las orientaciones, estrategias y desafíos en el trabajo con hombres para la igualdad y diversidad.
El objetivo de la investigación era conocer cómo los participantes definen y explican lo que supone sentirse y ser reconocidos como hombres en su experiencia social, accediendo a sus discursos propios, así como comprender cómo perciben y valoran los hombres la violencia machista y la defensa de la igualdad, así como las iniciativas públicas de prevención y atención.
Conclusiones
A modo de conclusiones, el estudio revela que la generación más joven se refiere a la masculinidad como algo propio del pasado que aún se revela, viendo a las actitudes tradicionales como la hegemónica, ante la que se sienten molestos. Los hombres mayores, por otro lado, remiten al pasado franquista y sus experiencias en un marco familiar, social y político delimitado que rechazaron e intentaron no repetir en su propia vida.
Por otro lado, para los hombres cisheterosexuales, las presiones de la masculinidad tradicional para que cumplan con los mandatos de género dominantes generan tensiones internas, sin cuestionar su virilidad y hombría. Sin embargo, los hombres gais, bisexuales y trans no hablan tanto del hecho de ‘ser un hombre’ sino de la masculinidad producida socialmente, de sus estereotipos, expectativas y privilegios y la exclusión que genera.
El informe destaca que los hombres perciben como dimensiones del modelo de masculinidad las siguientes: la provisión económica de la familia en tiempos de (des)igualdad y precarización, la racionalidad y el control de algunas emociones entendidas como femeninas, el cuerpo de los hombres como un lugar material de encarnación de género, la exposición de la (hetero)sexualidad, las atribuciones diferenciales en función del género y los privilegios del hombre o la violencia masculina.
Asimismo, los participantes identifican que la masculinidad se construye en la familia (tanto la pasada como la presente), el sistema educativo, el trabajo, los amigos, o el ocio.
Durante el desarrollo de la investigación, los temas que se revelaron como más críticos para los integrantes de los grupos de discusión fueron los siguientes: imagen, redes sociales y deseo; el peligro de la violencia y la trampa de la protección a las mujeres; jóvenes GTB; y los tiempos actuales y las prácticas de la juventud.
El informe define como ‘grietas’ de la masculinidad aquellas situaciones relatadas por los participantes que reflejan fisuras, contradicciones y debilidades de la masculinidad normativa y que, según los resultados recogidos serían: la incoherencia de las normas (roles, estereotipos, narrativas o discursos), las transgresiones de los mayores y las fisuras del modelo autoritario; o los fallos de la masculinidad hegemónica.
Según recoge el documento, los participantes asociaron, tácitamente, la democratización política con un régimen de mayor igualdad entre hombres y mujeres, incluyendo también la aceptación de la diversidad de orientaciones sexuales, aunque se trasmitió desconocimiento sobre las políticas de igualdad dirigidas a hombres y se constató un efecto de desafección entre ellos (particularmente los jóvenes) ante las políticas dirigidas a poner fin a las violencias machistas, dado que entienden que ‘no van con ellos’.
Por otro lado, en el análisis de las propuestas y reflexiones obtenidas en la recogida de información en las entrevistas a expertos, se destacan como criterios compartidos las siguientes necesidades: políticas públicas feministas, transversales e interseccionales; intervenciones que abarquen las dimensiones subjetivas de la masculinidad con las relaciones estructurales de género; orientaciones que no culpabilicen a los hombres; o la inclusión de los colectivos implicados en la definición de programas y estrategias.
Una hoja de ruta para la intervención municipal
Así, el estudio ofrece una propuesta de ‘hoja de ruta’ que pueda servir para afrontar un proceso de toma de decisiones en torno a la intervención municipal en masculinidades, plenamente integrado en el despliegue de políticas municipales de igualdad (incluyendo violencia de género) y diversidad sexual y de identidades.
El documento plantea la necesidad de que estas medidas se implementen con carácter transversal, relacional, inclusivo, integral e interseccional, orientadas desde un marco centrado en la justicia social, los derechos humanos, la igualdad y el respeto a la diversidad.
En este sentido, se contemplan como instrumentos para la intervención aquellos proyectos, preferiblemente descentralizados en los que se contemple la articulación entre problemas específicos (medidas parciales y puntuales) y acciones de fondo (estructurales) adaptados a distintos ámbitos de intervención (deportes, juventud, mayores, ocio, cultura, empleo, familia o educación).
Asimismo, se recomienda impulsar proyectos que contemplen, entre otras cuestiones, los ‘malestares’ de los hombres con la masculinidad tradicional y las grietas del modelo normativo y que atiendan a las diferentes dimensiones: socialización/sensibilización, cuidados y autocuidado, violencias machistas y justicia reparativa, corresponsabilidad y paternidades, relaciones afectivas, salud sexual y reproductiva, diversidad, salud mental y física y participación social.
En particular, las investigadoras llaman la atención sobre dos demandas con especial relevancia que emanan del diagnóstico realizado: la creación de un espacio propio municipal para el trabajo de masculinidades y el dotarse de un marco de atención específica a la sexualidad.