Cerca de una treintena de personas sin hogar han conseguido la inserción social plena gracias al primer piso tutelado que ha puesto en marcha el Ayuntamiento
La vivienda, que cuenta con siete plazas, funciona como un espacio de residencia temporal, que sirve de transición entre los centros de atención a personas sin hogar y la consecución de una vivienda propia
Las Palmas de Gran Canaria, viernes 22 de diciembre de 2017.-
El área de Cohesión Social, Igualdad y Juventud del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ha favorecido la inserción social y laboral plena de 25 personas que se encontraban en situación de exclusión social severa, gracias al primer piso tutelado para personas sin hogar que puso en marcha el Consistorio en el año 2016.
Así lo ha asegurado el concejal Jacinto Ortega, después de hacer balance de los resultados de una infraestructura municipal, que tras un año y medio en marcha, ha conseguido que 25 vecinos de la capital, que han sido acogidos en el inmueble, hayan finalizado sus itinerarios de inserción, pasando a encontrarse de una situación sin hogar a conseguir un trabajo y una autonomía plena.
El concejal Jacinto Ortega ha afirmado que “la puesta en marcha de este inmueble, el primero de estas características en la ciudad, resulta clave en nuestro objetivo final de conseguir la inserción plena de las personas sin hogar, ya que cuando finalizan los seis meses de estancia en el piso, consiguen un trabajo y un hogar donde comenzar una nueva vida”.
“Estos datos no solo demuestran la calidad de los profesionales municipales y la buena gestión del área social, además nos confirman que es posible alcanzar el principal objetivo que nos marcamos en la lucha contra la pobreza, que de la exclusión social se puede salir, y que merece la pena, y mucho, invertir en las personas más vulnerables desde el punto de vista social”, ha aseverado Ortega.
La vivienda, que cuenta con siete plazas, divididas en tres habitaciones individuales y dos compartidas, funciona como un espacio de residencia temporal, que sirve de transición entre los centros de atención a personas sin hogar y la consecución de una vivienda propia.
Este dispositivo, que se integra en la línea cinco del Plan de Rescate Social, y que supuso la inversión en su puesta en marcha de 55.000 euros, tiene como objetivo favorecer la autonomía y la integración social de personas que, habiendo finalizado el itinerario de inserción en un centro social, no disponen de la autonomía suficiente ni de los recursos necesarios para acceder a una vivienda propia.
El inmueble suele ofrecer acogida prioritariamente a hombres, ya que constituyen el segmento predominante del colectivo de personas sin hogar, que son escogidos por los técnicos de la Unidad Técnica de Inclusión Social después de realizar un proceso de baremación. Los escogidos, cuya edad oscila entre 18 y 65 años, deben de haber pasado por los dispositivos municipales de acogida, disponer de cierta autonomía o encontrarse en un proceso avanzado de inserción social.
El Ayuntamiento ofrece a los residentes la posibilidad de convivir en el piso durante un período de cuatro meses, con la posibilidad de prorrogarlo dos más, firmando un contrato programa en el que se establece un período de prueba, y se recogen los derechos, y deberes de los beneficiarios, así como las normas de convivencia. Los gastos de la vivienda los asume el Consistorio, los residentes solo tienen que hacerse cargo de la manutención y de comprar los productos de limpieza. Un equipo multidisciplinar de técnicos municipales del área de Cohesión Social, se encarga de ofrecer atención social y psicológica a los residentes, así como hacer un seguimiento de los procesos de inserción laboral de las personas acogidas en el hogar.