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La BBC difunde la conexión británica de Las Palmas de Gran Canaria y la influencia de la ciudad y las Islas en Londres

Un amplio reportaje relata la historia de cómo el complejo de negocios Canary Wharf adquirió su nombre, y recuerda el origen de la influencia de los británicos en la ciudad desde la llegada del galés Alfredo. L. Jones

Las Palmas de Gran Canaria, viernes 14 de septiembre de 2018.-

 

"Las Palmas de Gran Canaria ha sido un destino popular para los británicos durante décadas". Así lo destaca el periodista Ross Clarke en un amplio reportaje publicado este 13 de septiembre en la sección de viajes de la web de la BBC, el canal público de televisión en el Reino Unido y uno de los medios de comunicación más prestigiosos a nivel internacional. El contenido, ilustrado con imágenes de la Plaza Hurtado de Mendoza, la Playa de Las Canteras, los cruceros en el Muelle Santa Catalina o el Puerto de Las Palmas, además de los plátanos canarios, repasa la historia de cómo el complejo de negocios Canary Warfh, en Londres, adquirió su nombre: "La respuesta está en un galés, los plátanos y el archipiélago canario".

El artículo relata cómo el galés Alfredo L. Jones fundó en el Puerto de Las Palmas la compañía The Gran Canary Coaling Company en 1886, para abastecer de carbón a los buques británicos antes de que atravesaran el Atlántico rumbo a América. Jones, propietario de varias minas de carbón en el Reino Unido, también quiso aprovechar la travesía de vuelta de sus barcos, para que no regresaran de vacío: "buscó la manera de hacer que el viaje de regreso fuera más rentable. Se le ocurrió la idea de llevar los productos locales a casa", apunta el autor del reportaje.

Así, el empresario galés (que tiene una calle en la ciudad "que los locales pronuncian como Alfredo Ele Jones") comenzó a exportar "plátanos, papas y tomates al Reino Unido", información que la periodista pone en boca de una residente local y experta en la cultura británica en la capital grancanaria, Betty Burguess. Así, poco a poco, los plátanos, que comenzaron a cultivarse en las islas en el Siglo XVI, "se convirtieron en algo común en la dieta británica a medida que los barcos bananeros se hicieron más frecuentes".

El primer efecto en la nomenclatura de Londres fue el cambio de nombre de uno de los muelles de atraque de estos barcos: el Let to Fruit Lines Limnited fue renombrado en 1937 como el Islas Canarias. Y así nació el complejo de negocios Canary Wharf, hasta convertirse en un grupo de torres entre las más altas de la ciudad. Esto es, la One Canada Square (también conocida como la torre Canary Wharf, y las torres HSBC y Citiygroup Centre.
El periodista, que comienza su artículo aludiendo a una conversación con la profesora de inglés Angie Cabrera en la terraza del Hotel Santa Catalina, expone cómo a comienzos del Siglo XX se formó una pequeña colonia no oficial de residentes británicos en la capital grancanaria, y recuerda, por ejemplo, las estancias de la escritora Agatha Christie en el antiguo Hotel Metropol, hoy sede de las oficinas municipales.

Clarke rememora el auge del turismo terapéutico británico de un momento anterior, a finales del Siglo XIX: viajeros que apreciaban el clima de las islas y de Las Palmas de Gran Canaria. De hecho, expone que esas primeras oleadas se produjeron "gracias a las tarifas reducidas de Jones en sus barcos". En este punto, señala cómo los primeros hoteles se construyeron para atender esta nueva demanda, y cómo en Ciudad Jardín aún quedan huellas de aquél fenómeno. Por ejemplo, la Calle Lord Byron, con una construcción concebida por el arquitecto británico Norman Wright en 1892. Un edificio que se abrió para el culto anglicano un año después: hoy aún se prestan los servicios religiosos en inglés en ese mismo lugar (la iglesia anglicana).

"La religión no fue lo único que los británicos trajeron con ellos: introdujeron el teléfono y el telégrafo, los primeros bancos, una sociedad de protección animal, panes sándwich al estilo británico, carne congelada, el primer suministro de agua por tubería y un club social dedicado, The British Club, que aún existe en la actualidad", relata el artículo.

Además, se alude a la fundación del primer club de golf de España en Las Palmas de Gran Canaria, o el club de tenis, también uno de los primeros del Estado. Ambos fueron creados por británicos. E incluso se añade que el actual Club Natación Metropole tiene su origen en la piscina recreativa del antiguo Hotel Metropol.

Luego, Clark se detiene en los barbarismos asimilados en el lenguaje local por influencia del inglés. Entre ellos "queque" (Cake) o naife (Knife). Todo, en un amplio contenido que retrata a la ciudad como un enclave que devolvió esa influencia británica hasta los muelles de Londres, y hasta uno de sus enclaves más emblemáticos.

Artículo original en: http://www.bbc.com/travel/story/20180912-the-peculiar-tale-of-how-londons-canary-wharf-got-its-name