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Las Palmas de Gran Canaria emprende el viaje hacia la capitalidad europea de la Cultura

El alcalde Augusto Hidalgo sorprendió al mundo de la Cultura en un acto en el que, partiendo de la metáfora planteada por Cavafis sobre el viaje a Ítaca, anunció que la ciudad presentará su candidatura para ser Capital Europea de la Cultura en 2031

La apertura del Fyffes para el encuentro se convirtió en un ejemplo de la trascendencia que tiene el proyecto no por su fin, sino por las oportunidades que generará la iniciativa a lo largo del trayecto

Las Palmas de Gran Canaria, lunes 7 de junio de 2021.- Lo que parecía ser la presentación del edificio Fyffes como nuevo conector entre los diferentes agentes del mundo de la Cultura incluido en un plan cultural estratégico para la ciudad se convirtió en la tarde del lunes 7, en el anuncio de una «misión colectiva» que involucra al sector y a la ciudadanía: la apuesta por presentar la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria para ser Capital Europea de la Cultura en 2031.

Augusto Hidalgo sorprendió al casi centenar de representantes de la industria creativa y cultural del Archipiélago con un anuncio alentador que tomó como punto de partida el poema Viaje a Ítaca de Constantino Cavafis. La interpretación metafórica del trayecto emprendido por Ulises en la Odisea de Homero se rebeló como auténtico objetivo de un proyecto que busca, en palabras del alcalde, «la oportunidad de impulsar acciones que, teniendo la cultura como eje, proyectarán sus réditos en los ámbitos de la economía, del empleo, de la creatividad, del avance en la innovación, del compromiso con la ciudad sostenible». Al igual que el viaje de Ulises, la andadura comienza a diez años vista, aunque mucho antes, en 2025, la candidatura será sometida al examen que decide la continuidad del proyecto.

La noticia se dio en un acto que llevó al público por las salas del Fyffes y que contó con dirección escénica de José Luis Massó quien imaginó un viaje del pasado al futuro. Los cantos de la compañía Pieles se orientaron a revivir el peso de la historia del edificio y el paso a la modernidad se efectuó a través de proyecciones sobre los muros del edificio. Los ritmos de Arvo Pärt y las imágenes del Puerto de La Luz, el muelle de Santa Catalina y el propio Fyffes precedieron la introducción de la concejala de Cultura que, brevemente dio la bienvenida y dio paso a un singular recital poético: el de Viaje a Ítaca a cargo de distintos representantes culturales situados entre el público, una performance que mostró la unión de diferentes voces en pro de un objetivo común y que sugería que el viaje estaba a punto de comenzar.

El discurso de Augusto Hidalgo se detuvo en la realidad del sector, punto en el que recordó que la capacidad de resiliencia y recuperación del mismo fue mayor que el resto de industrias en la crisis de 2008, así como que, antes de la pandemia, el empleo en el mundo de la cultura también se había comportado mejor que la media de la economía del municipio con un crecimiento de un 22% en poco más de seis años. Habló de aprovechar la inercia positiva solo alterada por la crisis sanitaria señalando que «ahora es el momento de intervenir decididamente para mitigar los efectos del confinamiento, consolidar los procesos de crecimiento, densificar los ecosistemas culturales y reforzar la cooperación con los agentes privados, que han demostrado una auténtica capacidad de resiliencia».

También recordó el alcalde el acuerdo unánime de la Corporación, ratificado en el Pleno del 25 de junio del año pasado, por el que se reconocía «el valor de la Cultura como un bien esencial, irrenunciable…» y el compromiso, conforme a ello, de «actuar para, en un horizonte medio de cinco años, duplicar el número de ocupados actuales en los sectores culturales y creativos».

Asimismo señaló que para transformar el modelo económico de la ciudad «diversificándolo, impulsando nuevos modelos empresariales, fomentando la capacidad de innovación…» se cuenta con los mimbres esenciales: capital humano, el consenso de la corporación mencionado, el ‘Acuerdo por la Cultura’ adoptado por el Consejo Sectorial de Cultura y la capacidad de los agentes culturales de reinventarse y generar proyectos.

Este fue el contexto que arropó la noticia que llegó después de una declaración de intenciones a favor de la proactividad, de la necesidad de canalizar y aprovechar los recursos y energías, y de, en sus palabras, «desde la Cultura emprender un proyecto de ciudad que involucre a la ciudadanía  en una misión colectiva, que habrá de ser beneficiosa para todos y todas».

Cuando verbalizó la iniciativa de que Las Palmas de Gran Canaria se postulará como candidata para la capitalidad cultural, la sala ya esperaba un reto a la altura del objeto del discurso, y se empezó a vislumbrar el gran desafío que a lo largo de los próximos cinco años se nutrirá del trabajo en equipo, de la ilusión compartida de un logro que necesita de la participación para que sea legitimado por sus «efectos e impactos sobre la comunidad».

También de Fyffes habló el alcalde que lo presentó como un futuro «espacio para la creatividad, la innovación y el desarrollo» (…) «conector entre organizaciones, administración, ciudadanía, empresas y sectores culturales y creativos» (…) «un auténtico laboratorio urbano, centro de experimentación y creación».

Así Fyffes se convirtió en un ejemplo de lo que se puede esperar a lo largo del camino. Fyffes, como Miller o el proyecto de reconversión del antiguo cine Guanarteme o el próximo espacio cultural y comunitario de Tamaraceite, serán incorporaciones materiales a los espacios que ya existen. También dio pistas sobre el nuevo papel que jugarán las Bibliotecas Públicas Municipales como espacios culturales de proximidad entre la ciudadanía y los nuevos proyectos creativos. En definitiva, naves que llevarán a Las Palmas de Gran Canaria al puerto de su particular Ítaca y que más allá del destino pretende un viaje largo y lleno de riqueza «por las ganancias de nuestro viaje» apostilló el edil.

Al llegar al final del discurso, Augusto Hidalgo reforzó el mensaje metafórico del poema y señaló la partida envuelto por imágenes del mar y la invitación a descubrir un nuevo mundo. Los tambores de Pieles reforzaron la partida y pusieron punto y final al anuncio de la aventura.