El talento del saxofonista ciudarealeño Ángel Ruiz Pardo ha sido reconocido con el Premio del III Concurso Nacional de Jóvenes Intérpretes
La destreza en la ejecución del Concierto en Mib de Alexandr Glazounov lo convirtió en el ganador de la tercera convocatoria organizada por la Banda Sinfónica Municipal de Música de Las Palmas de Gran Canaria, en el Auditorio Alfredo Kraus
La jovencísima Agatha S. Siemens Tsisestskaya, con sólo 14 años, destacó en una final muy reñida logrando el segundo premio del concurso, el Premio Especial del Jurado y el Premio Especial del Público por una brillante interpretación en los solos de marimba de la Sonata para Marimba y Piano de Peter Tanne
El jurado igualmente reconoció con un tercer premio el trabajo del clarinetista tinerfeño Daniel Molina Díaz
El talento de las estrellas actuales de la trompeta: Pasi Pirinen, Gabriele Cassone, Rubén Simeó, Adam Rapa, e Ytuvides Vilchez, así como el Ensemble de trompetas SIT 2018, acompañados de la Banda Sinfónica Municipal de Música, dirigida por el maestro Daniel Abad Casanova, cerraron el concierto con la interpretación de notables composiciones para trompeta
Las Palmas de Gran Canaria, 8 de julio de 2018.- Ángel Ruiz Pardo, saxofonista de 24 años procedente de Ciudad Real, se hizo en la noche del sábado 7 de julio, el primer premio del Concurso Nacional de Jóvenes Intérpretes, organizado por tercer año consecutivo por Banda Sinfónica Municipal de Las Palmas de Gran Canaria, dependiente del área de Cultura del Ayuntamiento capitalino, como apoyo y reconocimiento al talento de los jóvenes músicos. La ejecución del Concierto en Mib de Alexandr Glazounov fue reconocida por el jurado que le otorgó el máximo galardón de la edición, valorado económicamente con 1.000 euros.
Entre los premiados destacó una jovencísima intérprete de marimba, Ágatha S. Siemens Tsisestskaya, de la capital grancanaria, que con solo 14 años y gracias a la brillante interpretación de la Sonata para Marimba y Piano de Peter Tanner, se fue a casa con el Premio Especial del Público, el Premio Especial del Jurado y el Segundo Premio del concurso.
El Tercer Premio fue a parar a manos del clarinetista tinerfeño Daniel Molina Díaz, de dieciocho años de edad, por la interpretación del Concierto para clarinete y orquesta nº2 de Carl M. von Weber op.74.
El concierto, de más de tres horas de duración, subió al escenario a los seis finalistas que, acompañados por la Banda Sinfónica de Las Palmas de Gran Canaria, interpretaron las piezas escogidas para disputarse los premios de la edición.
Después de un breve descanso, a partir de las 22:00 horas, el Auditorio Alfredo Kraus subió al escenario de la Sala Sinfónica a los grandes trompetistas del momento, siempre acompañados por la Banda Sinfónica Municipal de Música de Las Palmas de Gran Canaria. El finlandés Pasi Pirinen y el italiano Gabriele Cassone ejecutaron Doble concierto para dos trompetas de Anthoni Plog, autor presente en la sala que recibió la ovación del público al término de la pieza; el español Rubén Simeó se hizo con la sala al interpretar Carnaval de Venecia de J.B. Arban, y La virgen de la Macarena de Charles Kofe; el estadounidense Adam Rapa y sus vibrantes Tales of Orient Express, de su autoría, y Chiquinha Gonzaga, de Radames Ghatali, levantaron al Auditorio, y por último, el venezolano Yturvides Vilchez brilló con las piezas Mam Bop y Sandunga, ambas de Arturo Sandoval. El Ensemble de Trompetas SIT 2018 cerró la noche con Sifonietta de Leos Janacek.
Tanto el director invitado, Daniel Abad Casanova, uno de los más destacados y con mayor proyección del panorama estatal, actualmente Director Titular y Artístico de la Orquesta de Cámara de la Comunidad Valenciana y Director Principal de la Temporada de Ópera de Andorra; como el jurado compuesto por el director de la Fundación Auditorio Teatro, Tilman Kuttenkeuler, quien tomó la palabra, así como el compositor estadounidense y gran trompetista Anthony Plog, el flautista belga Berten D’Hollander y el músico español Adam Delgado, coincidieron en destacar el excelente nivel de los participantes que imprimieron una inusitada intensidad a la primera parte de un concierto, cuyo cierre ya se esperaba brillante.